El néctar que se ofrece en este restaurante emana del corazón de la República Dominicana, de la tierra morena y adentro, donde se han tomado chinchines de las cosas auténticas para ofertarle al dominicano y al visitante.
En este restaurante, se encuentran elementos como chines de alegría sana de campo, sonrisas de pueblo sencillo, baile de arena con pies descalzos, refranes de nuestros abuelos, fogón, leña, jarro, anafe, tambora, güira, tirapiedra y chichigua, jengibre, canela y macuto, que nos identifican como pueblo.
El propósito de este restaurante es ofrecer una proyección auténtica de la cultura dominicana, con la intención de que los visitantes puedan saborear y conocer lo que se ofrece como país.
La comida que se ofrece en este restaurante tiene un sabor a CONUCO, que es un pedacito de tierra trabajada con sudor y manos fuertes de nuestros hombres y mujeres, lo que la hace auténtica y deliciosa.
Se quiere transmitir a los visitantes que en cada cosecha hay una nueva ESPERANZA y que cada gota de lluvia hace crecer una nueva semilla que más tarde se hace fruto, lo que significa que cada visita es una oportunidad para seguir creciendo y compartiendo la cultura dominicana.